La UE ha creado una estricta regulación sobre baterías, que debe permitir a Europa ser más sostenible y, a la vez, frenar la entrada masiva de baterías procedentes de China. A diferencia de las regulaciones norteamericana y china, se trata de una regulación no proteccionista porque las reglas se aplican a todos los productores de baterías por igual, independientemente de dónde produzcan sus baterías y dónde tengan sus sedes. Se trata de definir las reglas de juego del mercado de baterías en Europa, apostando por la sostenibilidad y la circularidad.

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