Impacto económico y políticas públicas para orientar la fase de transición

Jorge Galindo, Antonio García Pascual, Toni Roldán
13 May, 2020

EsadeEcPol | Policy Insight

Resumen ejecutivo

  • En esta nota utilizamos supuestos basados en la evidencia sanitaria disponible para trazar tres posibles escenarios de impacto económico. Según nuestras estimaciones, en España tendríamos entre un 5 y un 18 por ciento de prevalencia sobre el total de la población. Eso implicaría que estamos aún en una etapa temprana de desarrollo del virus. En nuestro escenario central, asumimos que no habrá vacuna hasta 2021 y prevemos resurgimientos parciales del brote en momentos y áreas concretas del país que podrían llevar a cuarentenas parciales intermitentes y regionalizadas hasta final de 2020.
  • Con los datos disponibles de movilidad en las pasadas semanas, estimamos que esas cuarentenas parciales se traducirán en una reducción de la movilidad del 40-50 %. Eso implicaría, en el escenario base, una caída del PIB cercana al -15 % en 2020 y un rebote en el 2021 del 12 %. La tasa de paro alcanzaría un pico del 22 % (por encima del 30 %, si incluyéramos los ERTE). En el escenario optimista, en el que se logra un control relativo de la epidemia y un menor coste en términos de movilidad gracias a la ampliación de capacidad de pruebas, el PIB se contraería en torno al 9 % en 2020. En el escenario pesimista, asumiendo que se reproduce un rebrote similar al de marzo-abril, el PIB se contraería en un -20 %.
  • La probabilidad de que España se acerque más a uno u otro escenario depende, en buena parte, de la efectividad de las políticas públicas que se implementen. En el ámbito sanitario, para acercarse al escenario optimista, España necesita (1) ampliar a gran escala la capacidad de medición, seguimiento y aislamiento individual de casos; (2) diseñar un modelo de distancia física de precisión, modular, condicional y territorializado, guiado por indicadores de alerta temprana y basado en el criterio de mayor impacto en reducción de tasa de contagio al menor coste socioeconómico posible.
  • En el ámbito de la política económica, además de las medidas ya anunciadas, para mitigar la destrucción de tejido productivo y reducir al máximo el sufrimiento social, España debe de forma prioritaria (1) asegurar la puesta en marcha de sistemas más ágiles de cobertura para pymes, autónomos y colectivos vulnerables que no están cubiertos o no están recibiendo la liquidez necesaria a tiempo y (2) flexibilizar y extender en el tiempo el acceso a los ERTE como instrumento clave para evitar despidos en el largo periodo de transición. Por su parte, la Unión Europea debe (1) mejorar las condiciones de los préstamos del MEDE para asegurar que resultan atractivos para los países que los puedan necesitar y (2) concretar la financiación y el contenido del fondo europeo de recuperación.
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