Ganadores y perdedores de la crisis: las seis brechas que abrió la pandemia

Toni Roldán, Natalia Collado Van-Baumberghen, Ángel Martínez Jorge
10 Nov, 2021

Lo peor de la pandemia ha quedado atrás y España camina rápidamente hacia la normalización de la actividad. Sin embargo, la crisis ha golpeado de forma muy distinta a diferentes regiones y colectivos sociales. En este Policy Brief analizamos cómo queda la foto de las desigualdades causadas por la pandemia, un año y medio después de la eclosión global del virus:

Salen perdiendo los países pobres y en vías de desarrollo: la menor capacidad económica e institucional para implementar políticas de respuesta a la pandemia han contribuido a ampliar la brecha con los países ricos. Esa brecha se está viendo aumentada por la diferencia en la disponibilidad de vacunas: mientras en la UE un 60% de la población está vacunada, en África solamente un 5%.

Se amplía la brecha entre Norte y Sur de Europa: Antes de la crisis el Sur y el Norte de Europa caminaban en trayectorias divergentes de productividad. La crisis de la covid-19 ha golpeado más fuertemente a los países del Sur, siendo España, Italia, y Grecia las tres economías de la UE con mayores caídas del PIB en 2020. También serán estas mismas economías las que tardarán más tiempo en alcanzar los niveles de actividad previos a la crisis.

En España, aumenta la desigualdad, pero las transferencias públicas compensan el 80% de ese aumento. Durante los primeros meses de la pandemia la desigualdad de renta antes de transferencias aumentó de forma muy significativa hasta llegar a un aumento de 11 puntos en el índice de Gini. Sin embargo, las transferencias públicas lograron compensar prácticamente un 80% del aumento de la desigualdad. Este pico en la desigualdad después de transferencias se ha reducido hasta estabilizarse en 1’4 puntos del índice de Gini por encima del nivel (de por sí alto) que tenía antes de la pandemia.

La desigualdad se amplía por la vía de la pérdida de aprendizaje en las escuelas, más intensa entre los alumnos vulnerables. Aunque en España todavía no hay datos disponibles, estudios en multitud de países muestran que los alumnos de familias de bajos ingresos han sufrido pérdidas de aprendizaje mucho más intensas durante los confinamientos y cierres escolares. La evidencia existente muestra que esas pérdidas de aprendizaje están correlacionadas con fuertes pérdidas de salario y oportunidades en el futuro.

Los jóvenes y los trabajadores temporales vuelven a ser los principales perdedores de esta crisis. Durante lo peor de la crisis llegó a perderse casi el 25% de todo el empleo temporal en España mientras que el empleo indefinido apenas sufrió cambios. Durante 2021 la recuperación del empleo ha sido muy rápida, aunque el número de ocupados temporales aún está tres puntos porcentuales por debajo del empleo indefinido. En términos de edad, la destrucción de empleo se ha vuelto a cebar con los trabajadores jóvenes casi de forma exclusiva, ampliándose la brecha de protección con los trabajadores más mayores, como consecuencia de la dualidad laboral.

Las mujeres también salen más perjudicadas de esta crisis que los hombres, con una mayor incidencia en el desempleo y en los ERTEs. La pandemia ha afectado a sectores más feminizados que en la última crisis (que tuvo el foco en la construcción) y eso se ha traducido en una mayor pérdida de actividad. En cuanto al empleo, este también cayó más entre las mujeres aunque, desde el primer trimestre de este año, son ellas las que están liderando la recuperación de la ocupación. Por otra parte, durante los cierres escolares y confinamientos, las mujeres han dedicado más tiempo al cuidado de los hijos que los hombres. Por último, las mujeres están cubiertas en mayor medida por ERTEs, señalando un riesgo potencial de mayor de destrucción de empleo a futuro.

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