Pasaporte sanitario y zonas verdes: cómo contener el virus mientras avanza la vacunación

Miquel Oliu-Barton, Bary Pradelski, Anne Bucher
26 May, 2021

En Europa, el desarrollo de las campañas de vacunación está iniciando una nueva fase en la gestión de la epidemia de la covid-19. Si bien las cifras están mejorando deprisa y la vacunación rápida es la manera más efectiva de abordar la pandemia, no debería ser una estrategia aislada. En particular, tenemos que hacer frente a algunas incógnitas importantes, entre ellas el alcance y la duración de la protección de las vacunas, sobre todo a medida que se propagan nuevas variantes que podrían eludir parcialmente la inmunidad.

Los países europeos deberían acordar una estrategia de salud pública coordinada que proporcione la máxima protección a su población. Implementada lo antes posible, esta podría ser la clave para acelerar la recuperación económica en España y otros países del sur de Europa, que son los más dependientes de la temporada de verano.

Nuestra propuesta se basa en dos herramientas complementarias:

El pasaporte sanitario, que consiste en un certificado que indica que una persona está vacunada, es inmune o ha dado negativo en un test reciente, lo que permite a esa persona viajar o participar en interacciones sociales en las que el distanciamiento social no es posible. Pretende ser una herramienta inclusiva y temporal, que evite los confinamientos en el caso de que se produzca un rebrote nuevo e incontrolado.

  • El pasaporte sanitario plantea muchas cuestiones prácticas y éticas relacionadas con la discriminación, la certificación, la confidencialidad, la aplicación indebida y el disentimiento. Solo debería utilizarse, pues, cuando y donde sea estrictamente necesario. Los locales en los que se producen reuniones sociales deberían clasificarse en tres categorías: de riego bajo, medio y alto, dependiendo de la duración e intensidad de las interacciones. En ellos, el pasaporte solo se utilizaría en el caso de que se produzca una nueva oleada de infecciones, y solo en los locales que impliquen mayor riesgo.
  • Es importante que se pueda acceder igualmente al pasaporte sanitario mediante la inmunidad, la vacunación o un test PCR negativo, y que las pruebas sean accesibles y gratuitas. Restringir el pasaporte a las personas vacunadas sería un error grave, sobre todo porque la mayoría de la gente todavía no puede optar a la vacunación.

Las zonas verdes se refieren a una clasificación de regiones o países en función de su situación epidemiológica.

  • Si bien viajar entre zonas verdes europeas no debería estar limitado, viajar de una zona no verde (naranja, roja o roja oscura) a una zona verde debería dar lugar a controles y restricciones (tests y cuarentenas) que garanticen su protección frente a las reimportaciones.
  • Para definir las zonas verdes deben utilizarse criterios comunes y flexibles, que dependan de la tasa de incidencia, pero también de la capacidad de testeo y rastreo, la capacidad de secuenciar nuevas variantes, etc.

La combinación de un pasaporte sanitario inclusivo y una clasificación gradual de las zonas es fundamental para volver a la normalidad lo antes posible, y para evitar nuevos confinamientos generalizados. Es importante que estas dos herramientas sean flexibles y temporales.

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