La polarización afectiva en España: bloques ideológicos enfrentados

Lluís Orriols
25 Mar, 2021

La polarización afectiva (definida como la distancia emocional entre el afecto que despiertan quienes simpatizan con nuestras mismas ideas políticas en contraposición con el rechazo hacia quienes tienen opiniones distintas) tiene efectos adversos para el buen funcionamiento de nuestras democracias:

  • deteriora la cooperación entre ciudadanos
  • afecta a la confianza hacia las instituciones
  • reduce la legitimidad de los gobiernos
  • la desconfianza y rechazo entre adversarios políticos puede incluso generar la parálisis o bloqueo de las instituciones

En definitiva, la polarización afectiva genera un clima de opinión que facilita el mal gobierno.

En España, hoy estamos más polarizados en términos afectivos que hace dos décadas: las distancias en la probabilidad de voto entre el partido que se vota y el resto de partidos (ponderándolos por su tamaño) ha crecido en un 50% (de 5,3 a 7,8 en una escala de 1 a 10).

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