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Las tres bazas de Biden

El Correo | | 3 min read

La llegada a la Casa Blanca de Joe Biden, uno de los políticos más veteranos de EE UU, pone fin a una de las presidencias más turbulentas de la historia. Es cierto que Trump no ha empezado formalmente ninguna guerra, como afirmaba en su discurso de despedida. A cambio, ha perdido el combate contra la pandemia, ha dividido aún más a una sociedad fuertemente polarizada, ha debilitado a la democracia y ha pulverizado el poder blando o de atracción de Estados Unidos en el exterior. El nuevo presidente, Joe Biden, nunca ha sido un líder transformador o capaz de inspirar grandes proyectos. Pero tiene tres bazas que le ayudarán a
fortalecer al país en su único mandato de cuatro años. En primer lugar, siempre ha ejercido el poder de una manera reflexiva, serena, sosegada, justo lo contrario del dramatismo y la transgresión de Trump. Biden reconecta en su encarnación final con la idea clásica de que el presidente es un punto de encuentro para los ciudadanos, una figura de unión por encima de ideologías y creencias. Es un político profesional que, después de cincuenta años de servicio público, despliega empatía y controla su ego.
Otra segunda característica que le reforzará en la hercúlea tarea de rebajar las tensiones y luchar contra el virus y la crisis económica es su fe en los expertos. Biden no es un gran abogado, la profesión que brevemente ejerció de joven, ni posee las capacidades intelectuales de Bill Clinton o Barack Obama. Sin embargo, escucha a los mejores, se rodea de asesores experimentados y pregunta bien, hasta que consigue dar con la mejor solución. Frente al libreto populista de recetas mágicas y sencillas que ignoran la complejidad del mundo, Biden es una persona que cree en el trabajo duro de forjar consensos, informado por las mejores opiniones desde la ciencia, la economía o el derecho.
Finalmente, el nuevo presidente tiene una experiencia internacional muy destacada. Con la excepción de George H. Bush, ningún ocupante de la Casa Blanca ha tenido hasta ahora un bagaje semejante en política exterior y defensa. La popularidad de Biden es enorme entre los europeos, con razón: cuando parecía que EE UU se desentendía de nuestro continente, este veterano político con raíces irlandesas corrige el rumbo. Europa tiene buenas razones para celebrarlo, salir de su ensimismamiento y trabajar con Washington en la tarea urgente de afrontar multitud de retos globales.