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Jubilar a Trump

Grupo Vocentro | | 3 min read

El partido demócrata comienza oficialmente sus primarias la semana que viene con un debate entre el nutrido grupo de candidatos a la Casa Blanca. Buena parte de la población norteamericana y no pocos habitantes del resto del planeta atisban la oportunidad de jubilar a Donald Trump, el presidente más polémico que se recuerda. Opinan que con 75 años tendría una edad muy adecuada para retirarse a jugar al golf en su club favorito de Florida. A Trump, sin embargo, no le basta haber vivido un inesperado y trepidante mandato presidencial. Quiere emular a sus antecesores en el cargo y llegar hasta el máximo de ocho años que permite la Constitución. En su mentalidad, lo importante es poder decir a sus rivales que ha ganado y la reelección es una batalla demasiado atractiva para dejarla pasar. La gran baza con la que cuenta es el buen momento económico por el que atraviesa Estados Unidos, sin desempleo y con crecimiento sostenido desde la gran recesión de 2009. Los muestreos electorales más recientes, sin embargo, arrojan malas noticias para el magnate neoyorquino. Solo tiene el apoyo del 42% de la población y perdería frente los principales aspirantes demócratas. En especial, el exvicepresidente Joe Biden le ganaría en 15 de los 17 Estados decisivos. En lugares que fueron clave para la victoria de 2016 como Pensilvania, Wisconsin y Michigan, Biden se impondría gracias a su facilidad para conectar con el ciudadano de a pie. Trump ha reaccionado a estos datos despidiendo a parte de su equipo de encuestas, fiel a su tradición de negar los hechos que no le gustan e inventar la realidad.

El Washington Post ha calculado que el presidente emite una media de 12 mentiras al día, un récord difícil de igualar por cualquier otro político. A estas alturas, ya no quedan a su alrededor asesores de peso que intenten controlar sus impulsos y reacciones. Trump trata con crueldad y desprecio a los que le rodean y su grado de arbitrariedad ha aumentado. Pero como explica Alexander Nazaryan, «Trump es una distracción eficaz del trumpismo», en referencia a una acción de gobierno que ha alentado el racismo, ha llenado los tribunales de jueces ultraconservadores, ha desregulado el sector financiero, ha aumentado la deuda pública y ha devaluado la protección al medio ambiente. Con una posible desaceleración económica en el horizonte y un panorama internacional muy turbulento, el relevo en la Casa Blanca tranquilizaría a muchos. Pero no está claro que el partido demócrata sea capaz de aprovechar la ocasión para recuperar la presidencia. Detrás del favorito Joe Biden pujan con fuerza Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Kamala Harris, candidatos muy escorados a la izquierda, que ahuyentan al votante centrista. Las bases del partido, como suele ocurrir, prefieren la radicalidad al pragmatismo. Pero ninguna acción tendría efectos tan drásticos como jubilar a Trump en las urnas.