Diversidad y libertad: Reducir la segregación escolar respetando la capacidad de elección de centro

Álvaro Ferrer, Lucas Gortazar
28 Abr, 2021

En los últimos años, la segregación escolar se ha convertido en un problema cada vez mayor para la calidad, equidad y libertad de educación en España. Definimos la segregación escolar como la concentración de un cierto tipo de alumnado en los mismos centros educativos. Una excesiva segregación (o dicho de otra manera, una baja diversidad) escolar puede convertirse en un problema para la igualdad de oportunidades y la eficiencia del sistema educativo, generando mayor fracaso y abandono en el alumnado y provocando mayores dificultades de gestión en los centros educativos de alta complejidad, desperdiciando así recursos y talento.

Los datos muestran que la segregación socioeconómica en España es muy alta en primaria (solo tras Turquía y Lituania) y se encuentra en la media de la OCDE en secundaria. La segregación en la Comunidad de Madrid ha crecido de forma muy notable y es hoy la comunidad autónoma con mayor segregación y una de las regiones con mayor segregación en toda la OCDE. A partir de datos del estudio internacional TIMSS de 4º de Primaria (analizados por primera vez para España en este artículo) y de PISA para 4º de ESO (ampliamente estudiados desde años) se observa también una enorme variación por CCAA. Asimismo, la segregación por origen nacional es, comparativamente con la media de la OCDE, semejante en primaria y más baja en ESO, aunque es alta en algunas CCAA como País Vasco o Andalucía.

El concepto de libertad en educación incluye (y debe compatibilizar) la libertad de elección de centro educativo con la igualdad de oportunidades, de las familias para ejercer esa libertad y de todos los niños y niñas para poder elegir libremente qué quieren ser y hacer en sus vidas. Proponemos ampliar la definición parcial de libertad educativa que suele utilizarse, para incluir tanto “elegir la educación” como la necesidad de “educar para ser (todos) libres”. Por un lado, la libertad de elegir colegio, un derecho reconocido, es solo para unos pocos si no hay igualdad de oportunidades real de las familias para poder elegir. Por otro lado, los niños y niñas no son libres para elegir el destino de sus vidas y para participar plenamente en una sociedad democrática si no tienen las mismas oportunidades que les da una educación de calidad.

Distintos estudios muestran que más allá de la estructura residencial de ciudades y regiones y de la doble red pública-concertada, las políticas educativas juegan un papel esencial en la segregación escolar. Considerando las dificultades del debate y dejando de lado las cuestiones ideológicamente más irreconciliables, planteamos una propuesta viable para empezar a reducir la segregación escolar, respetando la existencia de los conciertos y apostando por un espacio de elección razonable para las familias.

Desde EsadeEcPol y Save the Children, proponemos actuar en ocho áreas donde se puede simultáneamente reducir la segregación escolar y respetar (e incluso, para las más vulnerables, ampliar) la capacidad de elección de las familias: (i) aumentar la discriminación positiva a grupos socioeconómicos en los baremos de admisión; (ii) promover un sistema de doble reserva de plazas ajustada al contexto de la zona; (iii) mejorar la información y acompañamiento a las familias; (iv) abordar la gestión de la matriculación del alumnado que se incorpora durante el curso; (v) dotar a los centros de financiación suficiente y control para evitar el cobro de cuotas; (vi) apostar por un sistema de políticas de mejora, innovación y acompañamiento para de-segregar y lograr la mayor calidad posible en todos los centros educativos; (vii) modificar el algoritmo de asignación de plazas (“Mecanismo de Boston”) por modelos alternativos más eficientes y equitativos; (viii) mejorar la oferta escolar de centros públicos (jornada ampliada, servicios de comedor, entre otros).

En los últimos meses, la polarización política ha permeado en el debate educativo, para convertirlo una vez más, en rehén de la lucha partidista. La calidad del debate se ha empobrecido más si cabe, por lo que corremos el riesgo de seguir simplificando problemas complejos y abusar de falsas dicotomías aparentemente irreconciliables (diversidad-libertad) y de luchas de legitimidades (pública-concertada). En ese contexto, Madrid celebrará el 4 de mayo unas elecciones autonómicas donde la segregación escolar y la libertad de elección van a jugar un papel central en la campaña electoral. La propuesta contenida en este artículo plantea la posibilidad de contrarrestar la polarización del debate con una serie de medidas concretas y aterrizadas, que pueden permitir comenzar a abordar el problema en sí y salir del bloqueo político.

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