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Fundación Friedrich Naumann y EsadeEcPol alertan sobre la inseguridad económica y la radicalización de las actitudes políticas en la “generación de la doble crisis” en el sur de Europa

Ambas instituciones ven necesario impulsar un mercado laboral no dualizado, flexi-seguro y centrado en la construcción de capital humano, garantizar la posibilidad de formar una familia, crear un sistema de protección social sostenible y velar por un estado del bienestar orientado a igualar oportunidades
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Tras una década marcada en los países del sur de Europa por la Gran Recesión, la pandemia ha ocasionado una nueva situación de inestabilidad económica que podría afectar de forma “más intensa” a la generación poscrisis y aumentar la brecha de oportunidades entre generaciones. Para evitarlo, la fundación la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad y el Centro de Políticas Económicas EsadeEcpol han elaborado el informe La generación de la doble crisis. Inseguridad económica y actitudes políticas en el Sur de Europa’, en el que proponen llevar a cabo una serie de medidas estructurales como finalizar las reformas del sistema de pensiones en España, impulsar políticas activas de empleo, reformar el mercado laboral que combata la dualidad o facilitar la conciliación familiar.

El estudio analiza la situación socioeconómica de la generación poscrisis (aquella que nació entre 1985 y 1995) en el sur de Europa y la evolución de sus actitudes políticas. En España, Italia y Portugal, esta generación se incorporó al mercado con menores ingresos y menores tasas de empleo que los percibidos por la generación precrisis a la misma edad (los nacidos entre 1975 y 1984). Los datos también muestran menores tasas de emancipación, vivienda en propiedad, fertilidad o riqueza potencial. “Una brecha que afecta de manera especialmente negativa a las personas sin estudios superiores, quienes salen perdiendo en la mayoría de indicadores”, han destacado los autores de la investigación.

Menor empleo e insatisfacción con la democracia

En España, los datos preliminares de empleo indican que las brechas socioeconómicas están aumentando con la nueva crisis económica provocada por la pandemia: el empleo está cayendo con mayor intensidad entre la generación poscrisis sin estudios superiores, como ya sucedió en la recesión de 2008 a 2014. Además, la percepción de falta de igualdad de oportunidades y la insatisfacción con la democracia son mayores en los países del sur de Europa que en el centro continental (Alemania).

La investigación, además, señala que una hipótesis que explicaría esa variedad de actitudes, es la manera en que la brecha interactúa con el contexto político e institucional presente y heredado. En el caso de España, la apertura de las brechas intergeneracionales ha supuesto el primer cuestionamiento del consenso básico constitucional. El estudio alerta que este posible aumento de las desigualdades durante la crisis actual, “podría acrecentar el atractivo de plataformas de corte populista mientras sobreviva la percepción de falta de respuesta ante la ruptura por parte del resto de formaciones”.

Cerrar brechas actuales y prevenir futuras

Desde Fundación Friedrich Naumann y EsadeEcpol proponen la creación de un sistema sensible a estas cuestiones basado en cuatro ejes clave para la reconsideración de políticas específicas, con el objetivo de cerrar las brechas de oportunidades actuales y prevenir aquellas que se puedan producir en un futuro:

– Un mercado laboral no dualizado, flexi-seguro y centrado en la construcción de capital humano. Las regulaciones laborales del sur de Europa tienden a proteger los puestos de trabajo de alta cualificación. Para cerrar esa brecha plantean un modelo que empareje niveles de protección a lo largo del ciclo vital y un contrato unificado con una indemnización por despido que aumente de manera marginalmente decreciente. Para completarla, proponen también añadir un mecanismo de protección creciente, en forma de ‘mochila’. En cuanto a las transferencias para la protección al desempleo, apuntan a redirigir parte de ese gasto hacia aquellos perfiles laborales que aún no acumulan contribuciones, con objeto de asegurarse de que puedan invertir los periodos de desempleo en la construcción de capital humano y reincorporarse con mejores condiciones al mercado laboral.

– Garantizar la posibilidad de formar una familia. En este contexto, los investigadores aseguran que “es crucial llevar a cabo reformas como las que se han realizado en otros países europeos, que aseguren una adecuada provisión de servicios de conciliación a las familias”. Proponen aplicar una red universal y accesible de escuelas infantiles, fomentar una mayor conciliación más allá de los 0 a 3 años de edad, igualar la duración de las bajas parentales, así como una mayor flexibilización de horarios laborales y reducciones de jornada por motivos de cuidado o la acumulación de horas trabajadas para su uso en otro momento (‘flexitime’).

– Un sistema de protección social sostenible. El estudio destaca la importancia de avanzar hacia sistemas de pensiones sostenibles, que tengan en cuenta el envejecimiento de la población, así como la capacidad de los contribuyentes para financiarlos. Otra de las propuestas recogida en el documento es la de crear un fondo asociado a cada trabajador financiado de manera periódica por su empleador (un porcentaje del salario cada mes). Al terminar el contrato laboral, y bajo ciertas condiciones, el trabajador podría decidir si retirar el fondo o mantenerlo hasta su jubilación. Por último, se plantea establecer un sistema de control y evaluación eficiente del gasto con la llegada de fondos de origen europeo para la recuperación desde 2021.

– Un estado del bienestar orientado a igualar oportunidades. Según las valoraciones de la OCDE, los países del sur de Europa están caracterizados por un sistema de protección social que calca la dualidad de su mercado laboral, concentrando las transferencias sociales entre aquellas personas que más contribuyen al sistema. El informe propone aplicar sistemas redistributivos eficientes enfocados en las generaciones futuras, impulsar la educación en habilidades para la vida real y generar políticas orientadas a horizontalizar el mercado de alquiler y el acceso a la vivienda.