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Carme Artigas (Gobierno de España) en el Foro de Humanismo Tecnológico de Esade: “La inteligencia artificial debe ser una fuente de creación de valor social y de empleo de calidad”

El Foro de Humanismo Tecnológico de Esade, dirigido por José María Lassalle, ha celebrado el ciclo “Conversaciones” que, durante tres días, ha reunido expertos y académicos para debatir el futuro ético de la revolución digital y una ciberdemocracia basada en derechos digitales
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Con motivo de la presentación de la Estrategia Nacional de la Inteligencia Artificial del Gobierno de España, la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, ha afirmado que ésta busca proveer a nuestra sociedad con “una estrategia en que la inteligencia artificial pueda llegar a ser una fuente de creación de valor social y económico, de progreso y de empleo de calidad.” Para ello, ha señalado, “es necesario que el desarrollo tecnológico se lleve a cabo bajo principios éticos y con garantías para los derechos sociales.” Son algunas de las principales ideas que se desprenden de su participación en la apertura del ciclo “Conversaciones“ del Foro de Humanismo Tecnológico de Esade que, durante tres jornadas consecutivas, ha reunido a expertos y académicos para reflexionar acerca del futuro ético de la revolución digital y cómo diseñar una ciberdemocracia basada en derechos digitales.

El director del Foro de Humanismo Tecnológico de Esade, José María Lassalle, ha señalado la importancia de “debatir acerca de cómo la inteligencia artificial puede hacernos más humanos, en vez de automatizar nuestras vidas y desproveernos de nuestra condición humana” y, en ello, el rol crucial que desempeña el humanismo tecnológico, como un “ámbito de reflexión crítica que busca contribuir al diseño de políticas públicas, aplicadas a la revolución digital, que coloquen la dignidad humana en el centro”. Así, el ciclo “Conversaciones” ha abordado aspectos tan fundamentales como la polarización política en el contexto de la democracia y su desestabilización como consecuencia del auge de los ciberpopulismos; el crecimiento de la economía de plataformas basadas en datos y algoritmos, y los desafíos que plantea en el ámbito de los derechos sociales y laborales; o la inteligencia artificial y la automatización en nuestras sociedades, con grandes desafíos para la educación y la cultura.

Retos de la economía digital en España

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, ha comentado que la digitalización “puede acercarnos más a la igualdad, a un mundo más equilibrado, siempre y cuando pongamos a las personas en el centro y no renunciemos a nuestro derecho a la intimidad”, pues, en su opinión, “son las bases de la libertad, la único que hará posible un futuro mejor para todos y una economía sostenible y solidaria”. En este sentido, ha añadido: “sería un error, y un fracaso, desde un punto de vista europeo, pensar que los datos son cosa de las empresas, o del Estado.” De manera similar, Laia Bonet, del Ayuntamiento de Barcelona, ha subrayado la importancia de cuestionarse “qué modelo de espacio público queremos”: “entre la desregulación y el control férreo hay un tercer espacio; las tecnologías tienen un potencial transformador y deben servir para ofrecer mejoras en la vida de las personas; no para recortar sus derechos y libertades.”

Para Jordi Vaquer, director de análisis y prospectiva global en Open Society Foundations, “la tecnología es un espacio dado al optimismo, donde los límites no están bien vistos; allí donde la visión cientificista traza el límite en el ingenio humano” y es por ello que “el humanismo tecnológico debe negociar esos límites, con criterios ecológicos, éticos, políticos y filosóficos.” A su vez, Jorge Moruno, diputado en la Asamblea de Madrid por Más Madrid, ha apuntado que “la esencia de la tecnología no es tecnológica, sino cultural; porque siempre contiene una mirada social.” Así, “para democratizar la tecnología no basta con facilitar su acceso a la mayor cantidad de personas; sino que se ha de democratizar también su mirada social, como condición de posibilidad”, ha añadido.

Ser humano, más allá de lo natural y lo artificial

En la relación entre el arte y la ciencia, según Mónica Bello, directora de Arts at CERN, “existe una búsqueda común, de la que también es resultado la inteligencia artificial: la pregunta acerca de cómo acercarnos a la naturaleza”; algo sobre lo que “debemos mantener una actitud crítica, ante la fragilidad de una realidad alterada, que debemos aprender a regular”. Porque, en efecto, “cuando una tecnología llega a superar nuestras capacidades en varios dominios, debemos reflexionar una vez más acerca de lo que realmente significa ser humano”, ha apuntado el director general de Educación, Desarrollo Social y Cultura del Municipio de Oeiras, Jorge Barreto Xavier.

Victoria Camps, catedrática emérita de filosofía moral y política de la Universitat Autònoma de Barcelona, ha propuesto una reflexión en torno a “cómo afecta la acumulación de datos al ejercicio de la libertad”, algo que requiere delimitar primero el concepto de “libertad”: así, “entendida como la autonomía individual, no es ausencia de reglas, sino la capacidad de autorregularse como sujeto, con consciencia y responsabilidad para con los propios intereses y el bien común”. Ello debe llevarnos a pensar “hasta qué punto queremos que nos conozcan los algoritmos”, porque “como humanos, no podemos renunciar a conocernos a nosotros mismos”, ha concluido.

Perspectivas humanísticas sobre la revolución digital

Facundo Ponce de León, director del departamento de Humanidades de la Universidad Católica del Uruguay, ha señalado que “las humanidades tienen la capacidad de poner las cosas en perspectiva temporal, frente al ‘nunca antes’ que sostiene el discurso de la revolución tecnológica”. Por su parte, la directora del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), Judit Carrera, comparte la visión de “no excepcionalidad del nivel de aceleración tecnológico, porque ya hace muchos años que las fronteras de lo humano con lo tecnológico son difusas”, por lo que subraya “la urgencia de llevar a la plaza pública el debate en torno a los progresos científicos y tecnológicos, para tener una esfera pública sólida y una sociedad civil capaz de reflexionar de manera crítica y contestar a los abusos de poder.”

Las tres jornadas del ciclo también ha contado con la participación del director general de Esade, Koldo Echebarria, además de John Hoffman (GSMA-MWC); Franco “Bifo” Berardi, (Universidad de Bolonia); Daniel Innerarity; (EHU/UPV; EUI); Mar Cabra, (OdiseIA); Luz Rodríguez (UCLM); Natalia Olson-Urtecho (RadicalxChange); Antoni Gutiérrez-Rubí (Ideograma); Glen Weyl (Microsoft); Cristina Caffara (CRA); Jeff Hoffman (Global Entrepreneurship Network); Pipo Serrano (Broadcaster); Carmen Pagés (BID); Elva López Mourelo (OIT); Anna Ginès (Esade); Marc Torrens (Esade); Íñigo Navarro (ICADE); José Andrés Ordóñez (UNAM), entre otras figuras destacadas en los ámbitos de la política, los derechos sociales y laborales, la innovación tecnológica, el mundo empresarial, la cultura y las humanidades.