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Alberto Alemanno (HEC Paris) en ESADE: “Las coaliciones ciudadanas son el futuro de la política participativa”

“Los políticos no deben olvidar nunca que la soberanía, delegada a ellos por los electores, pertenece a la ciudadanía”, advierte Alemanno
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“El futuro de la política participativa está en la creación de coaliciones ciudadanas, alianzas no convencionales entre distintas comunidades de la sociedad, capaces de crear prioridades en la agenda pública, sensibilizar e influir en la toma de decisiones políticas y, en definitiva, desencadenar un cambio social”. Esta es una de las principales ideas que ha defendido Alberto Alemanno, profesor de HEC Paris y NYU School of Law, durante una sesión titulada ‘El lobbying ciudadano: nuevas formas de política participativa’ celebrada en ESADE Madrid y organizada por ESADE y KREAB en el marco de su programa conjunto, “Agenda pública: poder y contrapoder”. Ángel Saz-Carranza, director de ESADEgeo y co-director académico de ‘Agenda Pública’, ha sido el moderador de la sesión.

Actores o espectadores

“Vivimos en tiempos de paradoja: los miembros de nuestras sociedades están cada vez mejor informados y, al mismo tiempo, se sienten más impotentes a la hora de defender sus causas o generar un impacto social”, ha señalado Alemanno. “La confianza de la ciudadanía en las instituciones –sean los gobiernos, los medios de comunicación o las empresas–, se encuentra en declive”, y esto se explica, en parte, porque “el poder político está distribuido de manera muy desigual”, ha comentado. En paralelo, en los tiempos de la digitalización, “las formas de compromiso político de los ciudadanos se han vuelto más limitadas y, si bien son de fácil acceso [un clic, una firma en una petición on-line...], también tienen un corto recorrido”.

Hace algunos años, “las redes sociales surgían como una herramienta útil y una esperanza para la democracia –ha afirmado Alemanno– y nos contaron la Primavera Árabe como un ejemplo de cómo voces individuales se pueden pronunciar en Internet y generar un movimiento social mayor”. Sin embargo, “lo que se ha demostrado es que Internet tiende a funcionar como una fuerza de exclusión”. No debemos olvidar que “este nuevo espacio público de debate –las redes sociales–, está fundamentalmente gestionado por un oligopolio; unos pocos actores controlan hoy en día la gobernanza de Internet y las redes sociales” y “su modelo económico no está necesariamente alineado con los intereses de la mayoría de los ciudadanos”, ha advertido Alemanno. “Sus algoritmos, diseñados en base a modelos de negocio, acaban favoreciendo a determinados sectores de la población, de modo que cristalizan e, incluso, profundizan algunos sesgos que ya existen en nuestra sociedad”. Por ello, es necesario que existan “fuerzas compensatorias que contrarresten estas tendencias” y, de ahí, surge la idea del “lobbying ciudadano”.

El lobbying ciudadano

“Los políticos electos no deben olvidar nunca que la soberanía, delegada a ellos por el electorado durante un periodo de tiempo determinado, pertenece a los ciudadanos y las ciudadanas a quienes representan”, ha indicado. Según Alemanno, “la democracia necesita del lobbying ciudadano, porque se trata de dar voz a las necesidades y preocupaciones de la ciudadanía; de que los representantes políticos, responsables de la toma de decisiones, se reúnan con los miembros de la sociedad civil y de que éstos, a su vez, les puedan transmitir sus mensajes en el momento indicado, dentro del proceso legislativo, para que sean escuchados y puedan ser tenidos en cuenta”, ha concluido Alemanno.