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Soberanía y globalización

El valor del euro asegura la estabilidad financiera de sus miembros y los protege de los choques que provocan otros grandes grupos
La Vanguardia | | 3 minutos de lectura

El presidente del BCE recibió en la Universidad de Bolonia el doctorado honoris causa en febrero. Su discurso fue el de un europeísta que se lamenta por la pérdida de confianza de los ciudadanos en las estructuras de la UE. El nivel es del 42%, pero en el 2007 era del 57%. Dijo: “Esta pérdida de confianza tiene lugar cuando aumenta también la desconfianza en los gobiernos y los parlamentos y la confianza es todavía menor, 35%”.
La UE gana nuevos poderes en regulación, pero las naciones pierden soberanía y entonces recordó a Jean Monnet: “Necesitamos una Europa unida para conseguir lo que las naciones por sí solas no obtendrían”.

Draghi advirtió que la globalización ha creado tres grandes bloques comerciales: la UE, la nueva Nafta y Asia. Son independientes, pero están interconectados. Sólo ellos pueden hacer frente a los ataques de los otros y sus relaciones crean siempre fricciones. El bloque más integrado es la UE; dos tercios de su comercio se realiza con otros miembros y la mitad de las transacciones financieras dela zona euro se producen entre los 19 miembros. Italia exporta más a España que a China.

El presidente nos recordó lo que les ocurre a los países que han quedado fuera del comercio global. Son independientes, pero han perdido su soberanía. Están expuestos a las sacudidas financieras delos grandes bloques y no tienen capacidad de negociación, lo que restringe el control sobre su propia economía. El euro es la segunda moneda mundial y asegura la estabilidad financiera de sus miembros y los protege de los choques que provocan otros grandes grupos. Estados Unidos exportó su crisis financiera del 2007 a todo el mundo, pero la UE levantó cortafuegos y suavizó el contagio.

El ministro italiano, Paolo Savona, dio una imagen distinta en el Financial Times. Los presupuestos con superávit de Alemania restringen la oferta de un “activo seguro” y eso crea distorsiones en el sistema. El BCE podría emitir bonos a cambio de depósitos a largo plazo. Entonces tendríamos un “activo financiero seguro y suficiente para todos” y no dependeríamos de la deuda soberana alemana. No propone mutualizar la deuda, porque cada país debe mantener la suya. Pero debería crearse un bono único emitido por el Mecanismo de Estabilidad. Los tipos de interés serían iguales para todos y los bancos podrían reducir gradualmente la deuda soberana de su país que ahora tienen en balance, que sería absorbida por el ESM.

Para concluir, queda todavía mucho por hacer: no tenemos un Tesoro único y tampoco una unión bancaria y avanza muy lentamente la armonización fiscal. El agravio comparativo de Irlanda, que atrae inversiones porque las compañías extranjeras pagan menos impuestos, no se ha resuelto. Las consecuencias las pagamos todos con menos crecimiento.