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¿Por qué la IA te va a decepcionar?

Suplemento Dinero de La Vanguardia | | 3 minutos de lectura

Hace ya algo más de un año del tsunami que supuso la irrupción de ChatGPT y de todas las predicciones apocalípticas que le acompañaron. Todas han resultado erróneas.

¿Por qué las previsiones no se han materializado y el mundo es fundamentalmente el que era?

Aquí tenéis dos respuestas y un modelo. La primera respuesta se centra en el pro- ceso de innovación y adopción. A menudo extrapolamos la velocidad a la que se ha desarrollado una tecnología a su adopción. Nada más lejos de la realidad, la adopción no va a la velocidad de la tecnología sino a velocidad humana.

El proceso de adopción de una tecnología es un proceso social y por lo tanto depende de la profundidad de los cambios que esta implique; si son cambios organizativos, va a necesitar más empuje y va a tardar más.

Depende también de la intensidad competitiva a la que se encuentre situada la organización que debe adoptarla, de sus capacidades internas para absorber dicha innovación, de la resistencia cultural al cambio... En las organizaciones líderes vemos una adopción masiva, mientras que en una gran mayoría su uso es aún individual.

La segunda respuesta se refiere a la velocidad de aparición de nuevas innovaciones. Los humanos tendemos a hacer extrapolaciones lineales. Si en cinco años hemos pasado de 0 a 100, en diez estaremos en 200 y en 20 en 400. Obviamente, la velocidad de los nuevos descubrimientos no tienen nada de lineal. Es un proceso en extensión, como una mancha de aceite, pero pocas veces en profundidad.

¿Cuándo aparecerá el nuevo descubrimiento que creará la nueva mancha de aceite? Puede ser pronto o puede tardar decenios. Los avances se producen a saltos, seguidos de periodos de mejora incremental con aportaciones decrecientes. Entonces, ¿Cuál será el impacto de la inteligencia artificial generativa? Para responder a esa pregunta necesitamos un modelo de análisis.

Los efectos de cualquier tecnología, pero de la inteligencia artificial en particular, son dos. En primer lugar, aumentar nuestras capacidades, y en segundo lugar, automatizarlas.

El primer caso, el de aumentar, es el que estamos viviendo. Las herramientas nos hacen mejores y más productivos. Si este incremento de productividad se puede trasladar a un incremento del negocio, entonces ganaremos más. Si, por el contrario, el mercado es el que es y no va a crecer porque seamos más productivos y mejores, entonces sobrará gente en la misma proporción en que aumente la productividad.