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El equipo de estudiantes de ESADE gana la KPMG Innovation & Collaboration Challenge

La competición consistía en desarrollar ideas que pudieran digitalizar los sistemas de salud y mejorar la vida de las personas que sufren enfermedades no transmisibles en comunidades aisladas.
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El equipo estudiantes de ESADE se ha proclamado ganador del KPMG Innovation & Collaboration Challenge celebrado la semana pasada en Buenos Aires, Argentina. La competición consistía en desarrollar ideas que pudieran digitalizar los sistemas de salud y mejorar la vida de las personas que sufren enfermedades no transmisibles en comunidades aisladas.

El equipo, formado por los estudiantes de Bachelor in Business Administration (BBA) Alisa ZnamenskayaÁlvaro LizánJaime Machimbarrena y Juan Beltrán, presentó un innovador concepto de “kiosko de salud” diseñado para dar un fácil acceso al servicio a las personas que residen en comunidades aisladas. “El jurado valoró sobre todo que los estudiantes españoles diseñaron una solución de principio a fin que, si se montara a gran escala, podría ayudar a muchas personas”, han apuntado desde KPMG, que ha premiado a los ganadores con un programa en la empresa dedicada a la salud LEAN.

El valor de la solución presentada por los estudiantes de ESADE residen en la importancia que da al hecho de tratar las enfermedades no transmisibles como una medida preventiva aumentando el acceso al diagnóstico y el tratamiento aprovechando la tecnología existente y otras nuevas. Por estos motivos, el jurado valoró la propuesta de los estudiantes de ESADE por encima de las de los otros finalistas, representantes de países como Canadá, Emiratos Árabes y Estados Unidos.

“Estamos enormemente orgullosos de otro challenge internacional, gestionado por una consultora de referencia mundial como KPMG, con excelente participación y resultado de los alumnos de ESADE”, ha apuntado Gerard Costa, Associate Dean del BBA.

Valor educativo

“Más allá del apoyo que les ofrecemos desde ESADE, son nuestros alumnos y alumnas que son emprendedores para participar en estos challenge, que sacrifican su tiempo para compaginarlos con un programa académico muy exigente, quienes asumen que participando logran consolidar el proceso de aprendizaje, su experiencia previa laboral, su predisposición a experimentar y abrirse a nuevos retos. Y, además, a veces, logran la victoria en un challenge, de lo que nos enorgullecemos pero que nunca es el objetivo final”, añade Costa.

“Estoy encantada de haber tenido esta oportunidad única”, ha asegurado Alisa Znamenskaya, estudiante de 3º del BBA. “El resto de finalistas han sido unos competidores feroces y estamos orgullosos de haber podido trabajar con estos estudiantes de tanto talento procedentes de todo el mundo. Este reto nos ha ayudado a aprender las capacidades que necesitaremos para tener éxito en el mundo de los negocios, pero, más que eso, el tema de la salud en el que hemos trabajado nos ha ayudado a ver que el trabajo que hacemos puede marcar una diferencia real”.

En la edición de este año la competición KICC ha recibido 17.500 solicitudes de estudiantes para participar, pertenecientes a 500 universidades de 25 países. A la final internacional llegaron 21 equipos que trabajaron y colaboraron durante cuatro días para presentar una variedad de soluciones para el sector sanitario.