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Manuela Carmena, en ESADE: "Soy partidaria de fomentar la predisposición al cambio desde la educación"

“La innovación no es tecnológica, es cognitiva, y la imaginación es el primer motor del cambio”, ha señalado la alcaldesa de Madrid
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Cualquier persona que dirija una organización, del tipo o de la escala que sea, ha de estar preparada para afrontar el cambio. En ello, “las instituciones educativas (y, en particular, aquellas que forman a líderes y directivos) desempeñan un rol clave”, ha señalado Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, durante la conferencia-coloquio que ha tenido lugar en ESADE. “Quienes lideran el cambio han de ser conscientes de su ‘toponimia’, es decir, del lugar desde donde se obra la transformación y de que su acogida siempre tiene etapas: primero, la indiferencia; luego, la oposición y, finalmente, la integración”, ha indicado la alcaldesa.

Otra de las razones que explican que la educación sea una pieza fundamental para el avance de las sociedades es su capacidad de promover y ofrecer herramientas para la creatividad. “La innovación no es tecnológica; es principalmente cognitiva”. Por ello, “la imaginación es el primer motor del cambio”, ha asegurado Carmena. Vivimos en una época de transformaciones sociales a escala mundial, que plantea el reto de repensar nuestras formas de entender la vida pública y su gobernanza. “Hay que empezar por cuestionar todo lo que hemos dado por sentado, repensar las palabras, volverlas a escuchar.” En este sentido, se ha preguntado: “¿Sabemos realmente qué significa gobernar?”, y ha insistido en que, “para que podamos imaginar por dónde debe ir lo público, es importante fomentar la predisposición al cambio desde la educación”.

 

La gestión de lo público

“Toda organización tiene un ‘movimiento’; podríamos llamar así al deambular de la vida de lo colectivo. Se puede dejar que ese movimiento siga su cauce o bien asumir su gestión”. Por ello, “creo que gobernar es fundamentalmente gestionar para alcanzar unos objetivos determinados”, ha afirmado la alcaldesa. “Lejos de una concepción weberiana, que presume que un buen diseño organizacional garantiza su funcionamiento correcto, pienso que el proceso de dirección pública ha de adoptar medidas encaminadas a conseguir los resultados que se pretenden lograr, una vez se han trazado las líneas estratégicas”. Asimismo, “los objetivos de esta gestión se han de definir en aquello que lo público tiene que devolver a las personas”, ya que “no tiene sentido dirigir una empresa, organizar un país o liderar cualquier organización si no se tiene en cuenta a los individuos y sus necesidades particulares”.

 

Una cultura de los cuidados

“En las últimas décadas, los movimientos a favor de la equidad de género han aportado importantes reflexiones sobre cómo hemos distribuido histórica y culturalmente la responsabilidad social del cuidado”, ha afirmado Manuela Carmena, y ha aclarado que el cuidado “implica todas aquellas actividades vinculadas con el mantenimiento cotidiano de la vida, la salud y el bienestar de las personas, un papel que durante mucho tiempo han asumido las mujeres”.

Esta cultura de los cuidados ha ido ganando terreno e importancia en la concepción de la vida pública, principalmente de la mano de mujeres filósofas o líderes. Manuela Carmena opina que “el fin de la gestión política tiene que encaminarse a permitir establecer una relación cercana entre la Administración y los ciudadanos”. Sin embargo, ante esta voluntad, “la burocracia y las estructuras inmovilistas plantean dificultades”, por lo que Carmena ha urgido a “trabajar por la I+D+i del derecho, eso es, por una nueva manera de concebir el orden normativo e institucional de nuestras sociedades”.

“Creo en una gestión pública que supere la ética de los derechos y tienda hacia una ética de los cuidados”, ha concluido la alcaldesa de Madrid.