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Branko Milanovic: “Existe un riesgo de que las contradicciones del capitalismo chino pongan en cuestión el propio sistema”

El economista Branko Milanovic cree que, pese a los desequilibrios, se puede corregir los efectos de la globalización incidiendo en políticas redistributivas y el fomento del Estado del bienestar
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“El sistema capitalista en China tiene unas características muy particulares y que implican a veces grandes contradicciones, por ejemplo, que la ausencia del Estado de Derecho genere corrupción, y la corrupción ponga en riesgo una administración eficiente. Existe un riesgo de que estas contradicciones pongan en cuestión la legitimidad del sistema”, ha declarado Branko Milanovic, profesor visitante del Graduate Center de la City University of New York y profesor visitante en IBEI, en un diálogo con Javier Solana, presidente de ESADEgeo, organizado en ESADE.

Milanovic ha explicado que el sistema chino podría denominarse de “capitalismo político”, empleando el término de Max Weber, que se utiliza para aquellos sistemas que utilizan el poder político para convertir éste en poder económico. Además, “en términos de competición, China es mucho más capitalista que otros países occidentales que se autodenominan como tal. Su modelo de crecimiento está basado en la alta competición y la revolución tecnológica”.

Un nuevo desequilibrio de poder global

Durante el diálogo, Milanovic ha avanzado algunos de los temas principales de su próximo libro, Capitalism, alone. El dibujo del mundo ha cambiado radicalmente en los últimos años debido a la globalización y al surgimiento de nuevas superpotencias como China e India. “Asia se está volviendo cada vez más rica. Muchos países en vías de desarrollo se han convertido en países desarrollados y ahora tienen un peso económico muy relevante”, ha señalado el economista, quien ha asegurado que vivimos en la tercera época desde la Revolución Industrial, “la era de la convergencia y las divisiones internas”.

Tanto Solana como Milanovic creen que la globalización está produciendo desequilibrios que tendremos que corregir para paliar resentimiento de las clases medias del mundo desarrollado, los denominados “perdedores la globalización”. Como ha señalado Milanovic, el crecimiento de China se correlaciona con la crisis de los países desarrollados y esta circunstancia hace que algunos gobiernos apuesten por medidas radicales para paliar los efectos sobre sus economías internas. Milanovic opina que, “pese a los desequilibrios, se pueden corregir los efectos de la globalización incidiendo en políticas de redistribución y otras medidas como invertir en el Estado del bienestar, y que ya proponen políticos como Alexandria Ocasio-Cortez en Estados Unidos”.

En cuanto a los cambios tecnológicos, Solana comentaba que durante su último viaje en China ha visitado las fábricas de Huawei, que están completamente robotizadas. Milanovic cree que el cambio tecnológico en China ha sucedido en un periodo muy corto de tiempo, lo cual supone que los cambios sociales y económicos relacionados han sido drásticos, tanto dentro de China como en el resto del mundo. “China se ha convertido en una década en un líder en varios sectores, entre ellos el tecnológico, algo que nadie esperaba”, ha comentado.

El experto también ha planteado la pregunta de si estaría China dispuesta o presionada a exportar su modelo o si otros países copiarían su modelo de crecimiento. También se ha referido a la cuestión de si puede la emergencia de las clases medias en China implicar un cambio de modelo político a largo plazo.

Herramientas, interlocutores y organismos globales

Javier Solana ha explicado que “las herramientas para resolver los problemas y desequilibrios sociales que se derivan del incremento de la desigualdad necesitan ser renovadas”. A este respecto, Milanovic ha argumentado que “los movimientos de capital y de trabajo se han internacionalizado, y por ello, necesitamos redefinir cuáles deberían ser las herramientas y los interlocutores sociales para hablar sobre desigualdad y paliar sus efectos negativos en este nuevo escenario”.

Solana y Milanovic también han debatido en qué medida las instituciones de Bretton Woods ya no son válidas para representar la realidad de los países y de la economía global. “Los cambios globales, y el surgimiento de nuevas superpotencias como India o China suponen a su vez grandes cambios en el peso global del resto de los jugadores globales, pero las instituciones globales no han reflejado esta nueva realidad”, señalaba Milanovic.