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Powell hace frente a la contracción del comercio

Expansión | | 4 minutos de lectura

En dos meses, el banco central de Estados Unidos (Fed) ha reducido el tipo oficial un 0,50%, sumando el recorte de 0,25% de ayer. Ahora se sitúan en el rango de 1,75% al 2%. En Julio no hubo acuerdo, pues para unos debía reducir un 1% los tipos, que era el deseo del presidente Trump, mientras que otros creyeron que era demasiado pronto porque el nivel de paro es el más bajo de los últimos cincuenta años (3,7%) y la inflación no llega al 2% anual.

Pero en esta ocasión las presiones de la Casa Blanca fueron más intensas. En uno de los tuits acostumbrados, Trump escribió: “Jay Powell y la Reserva Federal se equivocan otra vez. No tienen “agallas” ni sentido, y tampoco visión. Es un terrible comunicador”.

Esta vez tampoco hubo unanimidad, pero el gobernador Powell destacó que la economía global ha perdido fuerza y es necesario tomar medidas para evitar una recesión. Para Estados Unidos es evidente que las rebajas fiscales de Trump agotaron su efecto dinamizador de la demanda y en dos ocasiones planteó que él podía ir más allá: (1) rebajar los impuestos sobre los que cobran sueldos y salarios y (2) reducir el impuesto sobre rentas del capital. Eso habría supuesto un aumento de la renta disponible, pero luego lo descartó.

Para la Zona Euro (ZE) – y especialmente para los bancos españoles – las nuevas medidas de la Fed no pueden echarse en saco roto. Como instrumento de política monetaria, el BCE exige a los bancos de la ZE que si tienen liquidez (cubiertos los coeficientes legales) y la depositan en el BCE deben pagar el 0,50% (durante meses fue el 0,40%). En sentido muy distinto, la Fed había hecho lo contrario. Pagaba el exceso de reservas de los bancos americanos un 1,85%, pero ayer lo redujo ligeramente, hasta el 1,80%.  Pero se trata de tipos positivos, es decir, los bancos las cobran; en la ZE sucede lo contrario, los bancos pagan los excesos de liquidez al 0,50%. Con razón la Asociación Alemana de Banca insiste en que eso cuesta más de 47 miles de millones de euros. El presidente Draghi reconoció en el último Comité Ejecutivo que puede ser una carga para los bancos, pero sostuvo que es un instrumento de transmisión de su política monetaria y que él nunca ha gestionado pensando en los beneficios de los bancos sino en la estabilidad de los precios y alejar la economía de una posible deflación (caída generalizada de los precios de bienes y servicios).

Expansión publicó recientemente, con datos de Bloomberg, que la curva de tipos que fijaba el BCE para los excesos de reservas de los bancos fue durante años positiva (como ocurre en Estados Unidos) y llegó por término medio hasta el 3% positivo.

Las reacciones eran de esperar. Por la relación inversa entre el precio de los bonos y los rendimientos, los bonos del Tesoro americano aumentaron del 1,66% al 1,77% y los de diez años aumentaron cuatro puntos básicos.  Siguen las especulaciones sobre la inversión de la curva de rendimientos de la deuda soberana en dólares. Si el que se endeuda a 3 meses paga más que el que lo hace a diez años el mercado indica que desconfía de las expectativas del futuro y que la inflación puede aumentar. Según el premio Nobel Paul Krugman, las 6 últimas recesiones fueron anticipadas por curvas de rendimiento invertidas. Desde mayo tenemos el mismo fenómeno para el diferencial de tipos a 10 años y 3 meses.

Los efectos inmediatos de la reducción de tipos en los merados han sido los que eran de esperar: las bolsas de Asia, cuando las de Europa estaban cerradas, registraron alzas y el dólar se revalorizó. No se debe al azar que China decidiera comprar masivamente alimentos a Estados Unidos (principalmente soja y carne de cerdo) sin aplicar los aranceles que como represalia había anunciado. La recesión podría empezar por la cuenca del Pacífico y rebotar en Alemania y Estados Unidos, donde se identifican ya dificultades en el sector manufacturero, porque las empresas pagan más caros los productos y componentes de su industria. En esta guerra comercial perdemos todos.