Artículos

Emprendedores e innovación

Los conceptos emprendimiento e innovación se intercambian, a veces, como si tuvieran el mismo significado. Y si es verdad que podemos trazar algunos puntos potenciales de coincidencia entre ellos, es mejor diferenciarlos. Para ser emprendedor no hace falta ser innovador en sentido estricto, pero ser innovador puede facilitar el camino.

| | 3 minutos de lectura

Los conceptos emprendimiento e innovación se intercambian, a veces, como si tuvieran el mismo significado. Y si es verdad que podemos trazar algunos puntos potenciales de coincidencia entre ellos, es mejor diferenciarlos. Para ser emprendedor no hace falta ser innovador en sentido estricto, pero ser innovador puede facilitar el camino.

Un emprendedor crea una empresa con el fin de proveer algún producto o servicio. El emprendedor puede copiar el producto o servicio y la estructura de empresas existentes y, en dicho caso, no podemos hablar de innovación.

A priori, no recomendaríamos dicho tipo de iniciativa sin más, aunque por el simple hecho de crear una estructura nueva los posibles menores costes indirectos asociados le pueden permitir competir mejor.

En otro orden de cosas, el emprendedor puede salir con productos o servicios existentes y producirlos, proveerlos y comercializarlos de formas novedosas. En dicho caso, observamos innovaciones de proceso, tanto en la cadena de suministro como en la comercialización, que pueden producir un valor diferencial en la oferta del emprendedor. Muchos emprendedores se hallan en dicha situación.

Si, además, el emprendedor parte de un producto o servicio novedoso, probablemente tenga un mayor potencial de impacto pero, asimismo, deba asumir el riesgo de que dicho producto o servicio no tenga el suficiente éxito en el mercado. Pero en este caso, sí que podemos decir que emprendimiento e innovación de producto o servicio van de la mano.

También existe la posibilidad de ir más allá y crear un nuevo terreno de competencia en el que el nuevo emprendedor podría tener una ventaja durante algún tiempo. Se trata de lo que conocemos como estrategias que crean nuevos océanos azules.

Así pues, en el momento en el que el emprendedor va a empezar su actividad tiene la posibilidad de experimentar con modelos de negocio novedosos que pueden ofrecerle dichas ventajas.

El emprendedor debe, como mínimo, sopesar qué tipo de innovación o innovaciones deben de acompañar su nueva empresa. En principio, recomendamos que tenga en cuenta e intente arrancar con la más amplia combinación de innovaciones (estructura, procesos, producto y servicio, modelo de negocio, etc.), pero todo tiene un coste y un riesgo y no hay que olvidar que debemos asegurar un retorno de la inversión.

Así pues, es posible que debamos ir probando diferentes posibles escenarios antes de saber cómo se acaba plasmando nuestra iniciativa emprendedora.