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Populismo en las europeas

La Vanguardia | | 3 min read

La Revolución Francesa nació por las malas cosechas en el campo y hambrunas en las ciudades, el  desastre fiscal por las sucesivas guerras y el despilfarro de las clases dominantes. Robespierre preguntó ¿Y cuál es el final de todo eso? La I Guerra Mundial  engendró la II, pero ésta tuvo una respuesta clara: si  para la guerra  son necesarios cañones creemos una asociación que agrupe a los países que tienen minas de hierro y carbón. Y este fue el embrión de la futura UE.

Alemania inició la economía social de mercado.  Los trabajadores pudieron participar en los Consejos de Administración y pagó la derrota aceptando un tipo de cambio humillante, pero que favoreció sus exportaciones, hasta que se firmó en 1957 el Tratado de Roma.

En Alemania no había  paro y cuando cayó el muro de Berlín Der Spiegel los saludó en portada: “ellos son los hijos que  no hemos tenido”.  No eran inmigrantes, pero dando un salto en  la historia  sí lo fueron el millón de refugiados que Angela Merkel admitió por la guerra de Siria y los que querían una vida mejor. En esos años nacieron los partidos populistas de Alemania, especialmente “AfD”, xenófobo y contrario a la globalización y las políticas de  austeridad.  Y siguieron los de la “Liga Hanseática”, Holanda, y los más radicales de Hungría, Polonia y Austria, y antes Le  Pen en Francia. En las últimas elecciones europeas, Mateo Renzi consiguió el 40% de los votos. Si  ahora Salvini quiere liderar el movimiento populista de Europa tendría que  conseguir como mínimo el 30%, pero un reciente escándalo pone en duda  su capacidad de regenerar Italia y su política.

En España, el “no nos representan” del 15 M  dio lugar a Podemos y su asalto a los ayuntamientos  y  movimientos paralelos.  Algunos son contrarios al euro; otros rechazan la U27.  La mayoría están a favor del derecho a la vivienda y no aceptan un sistema fiscal regresivo que  hace más ricos a los que más tienen y empobrece a los más desfavorecidos. En la Renta nacional, el capital avanza mientras disminuyen los contratos fijos.

En el Reino Unido, la Gran Recesión, que contagió a los bancos ingleses hasta que algunos fueron nacionalizados, los que votaron a favor del Brexit alegaron que los inmigrantes les quitaron los trabajos, empobrecieron al país y piden la capacidad de tener políticas a  favor de los  que sufrieron la Gran Recesión, a la que achacan la mayoría de los males.

Para concluir, el poeta Vaclav Havel luchó contra los soviéticos por la independencia de su país y cuando lo consiguió pidió la Europa de las catedrales. Luego, como presidente de Checoeslovaquia, vivió de un día para otro la creación de Chequia y Eslovaquia independientes. Ahora los ultras pueden quitarnos la Europa  de las ciudades.