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Lagarde en el BCE: luces y sombras

Expansión | | 4 min read

Es necesario darle 100 días, porque no es fácil tomar la presidencia del BCE después del mago de las finanzas. Y quizás por eso la presidenta Christine Lagarde empieza su difícil mandato con un Plan Estratégico que entregará en un año, porque no se había revisado el que teníamos desde 2003, a pesar de los cambios que se produjeron en la Gran Recesión; la digitalización de la economía y la intempestiva ruptura del comercio multilateral por parte de Trump, que ha dividido el mundo en mercados troceados.  Los americanos crearon la Organización Mundial del Comercio y Trump no reconoce los tribunales de arbitraje. El bilateralismo puede provocar turbulencias en los intercambios internacionales. 

La rueda de prensa, después del Comité Ejecutivo, agudizó las certeras preguntas de los periodistas y del representante de los comités de Ahorro. En grandes líneas, Lagarde tomó el legado de Draghi, pero trazó el mapa de lo que podría cambiarse.

Primero la herencia que se va a conservar por un tiempo

Los tipos de interés se mantienen invariables y también las compras de activos: deuda soberana y bonos corporativos. La deuda que llegue a vencimiento se recomprará para añadir más liquidez al sistema. Y eso mientras no se alcancen mayores tipos de interés.

Un periodista le preguntó por qué no se abandonan los tipos de interés negativos, aludiendo a la reunión de Davos, que el día anterior fue la ocasión para el lamento de los banqueros, atribuyendo al BCE los reducidos márgenes de tipos de interés que son la consecuencia de que en bolsa coticen entre el 30% al 50% de su valor en libros. Otro le recordó que Suecia deja el experimento de los tipos negativos, pero ella dijo que sólo se ocupa del sistema propio. 

La presidenta los defendió porque nos apartaron del peligro de una deflación (caída generalizada de los precios de bienes y servicios, como la que ha padecido Japón en dos décadas) y luego, en Septiembre, se suavizaron con un sistema de “tiering” o ponderación según la situación de cada banco.  A la pregunta sobre qué objetivo tendrá la tasa de inflación y si se aprobaría una banda de fluctuación, la presidenta dio la respuesta habitual de Draghi.  Pero un periodista le preguntó porque no se introducían las variaciones de los alquileres de las viviendas. Ella contestó que puede tener sentido, pero que es un proceso largo; una cosa son los alquileres de las grandes ciudades y otra muy distinta los de las pequeñas poblaciones o del medio rural.

Puso el acento en los efectos favorables del aumento de los salarios y del crédito bancario para las pymes.

Segundo, lo que es nuevo

Está de acuerdo con las políticas de medio ambiente de la presidenta del Consejo de Europa, y en anteriores declaraciones manifestó que el BCE compraría los bonos verdes que emita el Banco Europeo de Inversiones. Es más: el banco revisará su cartera de bonos corporativos e incluso el Fondo de Pensiones de la entidad para apartar los que tengan algo que ver con los combustibles fósiles.

Un periodista le preguntó por los riesgos del cambio climático y si el banco los tendrá en cuenta por sus efectos desestabilizadores. Contestó que existe otro organismo que analiza los riesgos (la Agencia Europea de Banca), pero que todos los bancos centrales los tienen en cuenta.

Otro se refirió a los riesgos inminentes del Brexit. Repitió lo que ya anunció en una conferencia. Los presidentes del BCE y el gobernador del Banco de Inglaterra han revisado todos los escenarios posibles, pero es una situación compleja.

Por parte de los ahorradores (Alemania) se planteó cómo  van a conseguir pensiones suficientes si la deuda soberana tiene rendimientos negativos y por contagio reduce el rendimiento de la deuda privada y de las acciones que cotizan en bolsa. Ella contestó que existen factores estructurales que no van a cambiar: el envejecimiento de la población y un crecimiento por debajo de la tasa potencial.  Las políticas monetarias no bastan sin mayores inversiones públicas de los países cuyos presupuestos se lo permitan.

No lo dijo abiertamente, pero sin inversiones y aumentos de la productividad la industria manufacturera que depende de las exportaciones tendrá dificultades.  No las tienen los servicios y la construcción.