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Argentina: La vuelta al peronismo

Expansión | | 4 min read

Al final fue una derrota inevitable en segunda vuelta. El presidente Macri ofreció en su mandato un estilo favorable a los empresarios, pero la herencia que recibió de los peronistas hace cuatro años tenía poco margen. No pudo evitar que el país se endeudara en dólares (además de la deuda interna en pesos) y cuando los argentinos dejaron de confiar en su moneda se sucedieron los mismos hechos que hundieron a los peronistas en su etapa final. El aumento de la inflación, la especulación contra el peso y la incapacidad para aliviar la creciente pobreza crearon una espiral que el presidente Macri no pudo vencer en su mandato. Sólo le quedó una salida: pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional. 

En su informe de julio pasado, el FMI estableció las condiciones para un préstamo de 44.100 millones de dólares y un primer desembolso a cuenta de 5.400 millones. Demasiado poco para sanear las finanzas públicas y plazos inalcanzables.

El FMI estimó que la tasa de inflación anual podía llegar antes de la primera vuelta de las elecciones generales al 40%, pero cuando se puso de manifiesto que podía ganar su contrincante, Alberto Fernández, las tiendas se apresuraron a subir los precios y el peso perdió más de un 25%. El Banco Central de Argentina intentó desalentar a los especuladores vendiendo dólares y comprando pesos. El entonces presidente Macri impuso medidas que nadie esperaba.  Los ciudadanos sólo pudieron disponer de 200 dólares al mes (cien si se recibían en efectivo).  Existe una medida contable que puede simplificarse: la suma del ahorro neto privado más el ahorro neto del sector público (los dos negativos) equivalen al saldo negativo de la Balanza de Pagos por cuenta corriente. Eso significa pérdidas inevitables de divisas porque Argentina no pudo evitar los déficits crecientes de esa Balanza Corriente.

Las medidas de ajuste del FMI consisten en recortar el gasto público (y entre ellos las pensiones de jubilación); contraer el crédito privado, lo que frena las exportaciones de los empresarios que no tienen suficiente liquidez y se impusieron también tipos de interés más elevados para dar credibilidad al valor del peso. Fue demasiado tarde, porque en el mercado paralelo para comprar un dólar se pedían 73 pesos.

No fue mejor la etapa anterior de los peronistas, porque la gente tomaba el ferry hacia Montevideo, obtenían dólares de los cajeros automáticos mediante su tarjeta de crédito y regresaba con dólares que se vendían en Buenos Aires.  Llegó un momento en que de 8 pesos por dólar se pasó a diez. Y entonces se llamaron “Messi”, por el número que ostentaba el jugador del Barcelona. 

Cuando la inflación anual supera el 50% las tiendas agotan rápidamente las existencias, los salarios reales valen la mitad y el desenlace final ha sido que en pocos meses la población en la pobreza llegó a más de un tercio. El FMI había previsto un 30%.

Las cosas fueron de mal a peor. Los ingresos en dólares por las exportaciones de soja, maíz y trigo cayeron desde 2017 a 2019, a pesar de que los volúmenes crecieron. Los precios internacionales no fueron favorables.  Según el Departamento de Estado (USA), Argentina posee en los yacimientos de Vaca Muerta los recursos de hidrocarburos más grandes del mundo.  De hecho, la producción propia de gas natural y petróleo, gracias al “cracking”, aumentaron este año un 48% y contribuyen al consumo interno, respectivamente, entre un 17% al 40%. Pero tampoco bastó. Los peronistas privatizaron las explotaciones de Repsol de Vaca Muerta, y era la única compañía que entonces tenía la tecnología y los capitales necesarios para convertir Argentina en un exportador neto de hidrocarburo. Una ocasión que Macri no pudo recuperar.  El país siguió importando en dólares hidrocarburos.

Argentina fue el cuarto país más rico del mundo; tuvo cinco premios Nobel (3 de ciencias y dos por la Paz) y tiene una sociedad culta y moderna. Lideran el cine mundial y sus literatos alumbran la lengua castellana. Pero ahora tiene que hacer frente al proteccionismo que padece todo el mundo, a pesar del Tratado Mercosur-UE. España tiene más de 300 empresas que invirtieron en Argentina, y entre ellas Telefónica y bancos. No va a ser fácil repatriar los dividendos que generen esas empresas.