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Algunas bolsas se anticipan a la nueva economia

Expansión | | 4 min read

Nunca las bolsas habían tenido comportamientos tan dispares, inesperados y complejos. Algo nuevo está ocurriendo. Hemos dejado atrás las pérdidas de diciembre y de repente tenemos bolsas que en lo que va del año han ganado más del 52% (semiconductores de Filadelfia), la tecnológica de China, Shenzen, el 38,8%, y S&P 500 el 16%; Ibex 35 más del 11% y el índice alemán Dax el 14,6%, a pesar de las amenazas de Trump con aranceles que perjudicarán los coches de la locomotora de Europa. Las compañías que más ganan están sometidas a una guerra de patentes, royalties y nuevos acuerdos comerciales, por un valor incalculable. Es una enrevesada madeja y los pleitos que están todavía en los tribunales pueden dar sorpresas. El mago de las finanzas, Warren Buffett, dijo siempre que compraría sólo lo que entendiera y estuviera barato (Apple ya no lo era tanto), porque los negocios se hacen al comprar, no al vender. Pero al empezar esta Semana Santa dos gigantes de las nuevas tecnologías digitales, Apple y Qualcomm, las dos americanas, resolvieron según Financial Times, en día y medio, lo que llevaban litigando año y medio.

Es un pacto de alcance mundial y tiene que ver de nuevo con la tecnología 5G. Apple dependía de los modems digitales que fabricaba Intel pero estaba perdiendo mercado para sus iPhones porque Qualcomm se había adelantado. En un día, Intel, el líder de los más avanzados chips declaró que dejaba de fabricarlos y se dedicaría a sus líneas tradicionales para ordenadores y servidores en la nube. Por lo que se sabe, Apple pagará a Qualcomm una cantidad por el acuerdo, no recurrirá a los tribunales y obtiene una licencia de fabricación de seis años y pagará los royalties de los chips que le suministrará Qualcomm (un gigante fundado en 1985). Apple afianza su liderazgo en teléfonos inteligentes y se reconvierte en una potencia bancaria que emitirá tarjetas de crédito y ganará cuota en televisión.

 La revolución digital no cotiza en  todas las bolsas. La tecnología que está transformando el mundo está concentrada en la Bolsa de Filadelfia, cuyo índice representa a todas las empresas tecnológicas que innovan, fabrican y distribuyen elementos de los avances del 5G, para telecomunicaciones de última generación y las aplicaciones que se extienden desde los robots a los teléfonos de última generación. Las estrellas de esa bolsa son las que fabrican componentes inalámbricos (los que denominamos chips) y toda clase de artilugios de la economía digital.

Es muy cierto que el índice Standard & Poor´s 500 tiene compañías de la economía digital, y con mayor profundidad las tienen también Nasdaq en Nueva York y Shenzen en China, como ocurrió cuando las compañías de internet empezaron a cotizar en bolsa y rápidamente fue necesario crear índices especializados, porque sus cotizaciones tenían comportamientos desconcertantes, y por esoentonces vivimos la burbuja dot.com que terminó dando valores extravagantes a compañías que no tenían facturación, y el mercado descontaba un futuro incierto. Las tecnológicas de ahora son distintas: lo tienen casi todo; facturación; clientes; beneficios extraordinarios y nuevas inversiones. Pueden comprar en bolsa sus propias acciones y aumentar la rentabilidad de los accionistas. Pero siempre surge un nuevo pleito por alguna tecnología que surgió en Corea del Sur, Taiwan y China. El gigante Huawey, suministra ya su tecnología 5G para Alemania y otros países, pero no a Estados Unidos).

Para concluir, surgen nuevas oportunidades y algunas amenazas: El comercio mundial se contrae y el Fondo Monetario Internacional advierte de los peligros de una próxima recesión. Por el lado positivo, el Ibex 35 tiene algunos bancos infravalorados por fundamentales. Cellnex tiene contratos de 5G para Francia; Técnicas Reunidas, contratos llave en mano de petroquímicas; Repsol, nuevos yacimientos y se confirma que Inditex entró en la venta por internet (se le adelantó Zalando) y no crece lo suficiente por el negocio de tiendas. GamesaSiemens tiene nuevos contratos fuera de la costa para sus parques eólicos y Naturgy ha ampliado el negocio y saneado el balance y las grandes constructoras ganan nuevos contratos internacionales. Las elecciones del 28 de abril y las europeas pueden cambiar el marco de los negocios (y quizás la fiscalidad), pero las nuevas tecnologías van por delante y España no ha perdido ese tren imparable.