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Pedro Solbes, en ESADE: “La Unión Económica y Monetaria es un proceso evolutivo, no se puede esperar resultados a medio plazo”

“Gran parte de los problemas se solucionarían si se consolidara la situación de la zona euro, porque la integración bancaria debe acabar con la integración monetaria de todos los países”, ha afirmado Daniel Sarmiento, profesor de Derecho de la Unión Europea y abogado de Uría Menéndez.
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“Tenemos que seguir avanzando pese a las contradicciones”. El ex ministro de Economía Pedro Solbes ha dado así su voto de confianza al proceso de reforma de la Unión Económica y Monetaria (UEM) durante la última sesión del ciclo de jornadas con las que, a lo largo de este curso, la Cátedra Jean Monnet-ESADE, la Fundación de Estudios Financieros y Uría Menéndez han querido profundizar en el futuro de la unión financiera, bancaria, fiscal y económica de Europa. “Comparto la idea de corrección del modelo —ha explicado el también ex comisario europeo de Asuntos Económico y Monetarios—. Cuanto más podamos hacer por él y por la democracia, mejor, pero debemos tener en cuenta que la Unión Económica y Monetaria, como cualquier otro proceso de integración, es evolutivo y no se puede esperar que haya resultados a corto o medio plazo”.

Para Daniel Sarmiento, profesor de Derecho de la Unión Europea en la Universidad Complutense de Madrid y abogado de Uría Menéndez, la Unión Económica y Monetaria tiene “problemas de gobernanza, que podemos calificar como fallos de diseño o vulnerabilidades: fragmentación entre los países que están dentro y fuera del euro; falta de separación entre política monetaria y política económica, e indefinición entre quién legisla y quién ejecuta y, sobre todo, quién controla”. “Tendríamos que actuar con menos velocidades variables —ha continuado—, bajo el paraguas de los tratados constitutivos y que éstos sean reformables y adaptables”. “Gran parte de los problemas se solucionarían si se consolidara la situación de la zona euro porque, a la postre, la integración bancaria debe acabar con la integración monetaria de todos los países”, ha concluido Sarmiento.

El futuro del Mecanismo Europeo de Estabilidad

En opinión de Carla Díaz Álvarez de Toledo, subdirectora general de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea en el Ministerio de Economía, “más que fallos de diseño, lo que ocurre con a la Unión Económica y Monetaria es que necesita completar su constitución, como, por ejemplo, la transferencia de su soberanía legal y el desarrollo del resto de políticas asociadas a ella”. “Todavía necesitamos saber dónde están las competencias en cada uno de los ámbitos en los que opera”, ha argumentado Díaz Álvarez de Toledo, para quien, “en la política monetaria, se ha avanzado mucho, pero no tanto en la financiera y, mucho menos, en la fiscal”. “Por estas razones, entre otras, es necesaria la integración del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) dentro d los tratados y la gestión comunitaria”, ha afirmado.

En este sentido, Alberto de Gregorio Merino, director del Servicio Jurídico del Consejo de la Unión Europea, se ha mostrado partidario de incorporar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) al Derecho de la Unión y ha avanzado que “en pocos días veremos cómo éste se va a abrir a renegociar sus atribuciones para ejercer de barrera fiscal del fondo europeo de resolución y supervisar económicamente a los estados miembros del euro”. Y va aún más allá: “La Unión Europea no es un proyecto económico, sino político”.

Federico Steinberg, investigador principal del Real Instituto Elcano, coincide en ver la Unión Económica y Monetaria desde una perspectiva más global: “El euro está en manos de economistas y, por tanto, tiende a dejar de lado el concepto de legitimidad que los politólogos y los juristas defendemos. No siempre estamos invitados a la mesa”. Según ha reconocido, “cuando la economía iba bien, no había problema. Sin embargo, hemos llegado a un punto en el que no podemos obviar una cuestión de fondo: quién es el euro, quién es su soberano y qué políticas lo controlan”.