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De la vieja bolsa a la economía digital

La Vanguardia | | 3 minutos de lectura

En el último artículo destacábamos que un resfriado en Wall Street provoca una neumonía en Europa. Ibex 35 pierde en un año el 13,08% y Euro Stoxx 600 tiende al mínimo de diciembre 2016. Lo mejor es tener carteras diversificadas, pero estábamos acostumbrados a que cuando la marea sube todas las embarcaciones lo hacen. La liquidez de los bancos centrales era una marea prolongada, pero después del ciclo alcista más largo de la historia de S&P 500, en febrero se produjeron ventas masivas de bonos del Tesoro y con un "índice del miedo" por debajo de la media, en febrero llegó a 50. En la siguiente venta masiva de bonos, este mes, saltó la alarma cuando la Bolsa de Filadelfia, donde cotizan los fabricantes de chips, cayó un 7% en una sesión y luego en Nasdaq tuvieron pérdidas lo mejor del Valle del Silicio. 

Vivimos en la economía digital y pronto un coche valdrá más por sus componentes digitales que por la tracción. El competidor de Intel en componentes, AMD, perdió un 20% y los que fabrican servidores para los gigantes del Valle del Silicio sufrieron recortes importantes. El viernes 26, el Financial Times destacaba que en una década hemos tenido volatilidades de todo tipo, pero esta es única porque por primera vez en mucho tiempo todos los activos donde invertir este año están en números rojos. Una cosa es el precio de una acción y otra su valor. El precio varía con el ciclo. En una bolsa al alza lo determina el inversionista más exigente. En bolsa a la baja, influye el más temeroso. Lo que conviene es guiarse por el valor, acciones de bajo precio respecto a su valor en libros. 

Las buenas noticias son que los fabricantes europeos y asiáticos de componentes digitales se benefician del aumento de las ventas de los coches que producen Alemania, Francia, el Reino Unido, Suecia y España. No se trata ahora de la burbuja de las dot.com, sino que todo se digitaliza y será la nueva fuente de creación de valor en las bolsas. La fábrica alemana Siltronic de semiconductores se expande, como también lo hacen los productores de robots de Italia, Suiza, Alemania y Japón. 

En la rueda de prensa del BCE del día 25, Draghi fue taxativo: la incertidumbre por las guerras comerciales aumenta la volatilidad de las bolsas y es necesario que los países hagan frente a esas perturbaciones. El mandato del BCE no le permite intervenir en bolsa, pero sí recomprará los bonos corporativos al vencimiento, incluso a pesar de que su política de inyecciones de liquidez termina en diciembre de este año, pero dejando a los periodistas la frase que salvó al euro en julio 2012. Para concluir, la vieja bolsa da paso a la economía digital, pero las rupturas tecnológicas necesitan un tiempo de adaptación para que baje el riesgo.