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Trump, año II

Donald Trump cumple estos días su primer año en la Casa Blanca, con índices de popularidad bajos y dudas crecientes sobre su capacidad para gobernar
ABC | | 2 min read

¿Qué pronóstico cabe hacer sobre su ejecutoria a lo largo de 2018? Sin duda se apoyará en los tres vectores que definen hasta ahora su presidencia. Primero, el rechazo frontal al legado de Barack Obama (protección del medio ambiente, reforma sanitaria, atención a los inmigrantes ilegales más jóvenes, una política exterior reflexiva y medida). Segundo, los insultos y ataques contra todo lo que no es la América profunda -por ejemplo, a inmigrantes, medios de comunicación, rivales políticos, jueces y agencias de inteligencia-, como una manera de espolear a su base electoral. Tercero, las medidas a favor de las personas con las rentas más altas y de ciertas empresas, a través de la fiscalidad y la desregulación.

Pero su presidencia se complicará en el año II no solo por la combinación de impericia, arbitrariedad y brutalidad en la gestión pública. Nadie sabe cómo podría reaccionar ante una crisis internacional de cierta magnitud. Tampoco hasta qué punto sus asesores principales seguirán atendiendo la guardería en la que se ha convertido el Despacho Oval. Un efecto positivo de Donald Trump es la movilización de miles de ciudadanos, en especial un número muy alto de mujeres, para participar en política y defender los valores constitucionales del país. Las elecciones legislativas de otoño de 2018 las ganarán los demócratas. Si es por goleada pueden llegar a controlar las dos cámaras. Este vuelco frenaría la verdadera revolución que está amparando DonaldTrump, la confirmación por el Senado a toda velocidad de jueces federales de perfil muy conservador, seleccionados por la asociación privada The Federalist Society. El error de los demócratas, no obstante, es creer que para desbancar a Trump deben hacerlo desde otro populismo, al estilo de Bernie Sanders. Es posible que sean los propios republicanos los que decidan deshacerse de un presidente disfuncional para entonces. Pero quedan tres años para hacer posible el regreso a la Casa Blanca de una figura civilizada, capaz de unificar al país.