Articles

Larga vida a Merkel

Cuando Alemania se para, la Unión también
Abc | | 2 min read

Angela Merkel es la política más infravalorada de Europa: una y otra vez se la ha dado por amortizada a lo largo de su dilatada carrera política. Tal desdén, tamaño error de cálculo, se debe a que la científica venida del Este no formaba parte de la élite política alemana. También, a que su estilo de poder, cauto, seguro y medido, desconcierta a los que buscan épica, espectáculo o grandes estrategias. Tras ganar las elecciones de septiembre, aún no ha conseguido tejer una coalición para asegurar el que sería su cuarto mandato, el record alcanzado por Konrad Adenauer. Tantos cuantos refugiados de guerra y pobreza permitió entrar, tantos votos perdió dos años después, impresionante coincidencia. El trasvase ha ido en buena parte a la ultraderecha, hoy el tercer partido en la cámara baja.

Pero nadie en la CDU discute en serio el liderazgo de Merkel. La razón de la demora en formar gobierno es el portazo del partido liberal, echado al monte. La formación que dió grandes europeístas como Hans-Dietrich Genscher hoy se ha convertido en euro-escéptica y populista. Su líder, Christian Lindner, sueña con ser el Emmanuelle Macron Alemania, sin entender que es una gesta fuera de su alcance. Los verdes están dispuestos a gobernar con los demócrata-cristianos, incluso en minoría, y han renunciado a algunos de sus planteamientos más radicales. La clave será la postura del SPD. Martin Schulz cosechó en los comicios el peor resultado de la historia y prefiere ir a nuevas elecciones e incluso liderar la oposición. Por fortuna su autoridad en el partido está debilitada y el presidente de la Republica y antiguo correligionario, Frank-Walter Steinmeier, le ha llamado a capítulo. Sostiene que no es de recibo convocar de nuevo a los votantes cuando hay margen para el acuerdo, desgaste o no al partido. Por no mencionar la responsabilidad de Berlín en la actual Unión Europea. Cuando Alemania se para, la Union también. Con el Brexit abierto en canal, el imperativo es aprovechar 2018 para fortalecer el euro, desarrollar iniciativas de seguridad y defensa y evitar que se deshilache el proyecto europeo.