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La cumbre de Helsinki: Trump y Putin flirtean

Expansión | | 3 min read

Keynes dijo que lo inevitable nunca ocurre, sólo sucede lo inesperado. Putin dijo que la Guerra Fría era cosa del pasado y Trump dio un trato al presidente ruso que ningún presidente norteamericano había dado nunca. Sucedió lo inesperado, porque días antes un fiscal de EEUU había acusado a 12 agentes rusos de intervenir en la campaña de las elecciones de 2016 y horas más tarde -el anuncio se retrasó hasta que terminara la cumbreuna agente rusa era detenida por espionaje en EEUU. Los poderosos nunca se hacen daño, porque eso se deja a los sirvientes.

En la cumbre de la OTAN, Trump humilló a la canciller alemana, Angela Merkel, acusándola de ser la sirvienta de Putin porque le pagaba sin medida los suministros de gas natural que una compañía pública, Gazprom, cubría las necesidades de combustible de Alemania. Antes había dicho que la UE era más pequeña que China, pero el daño que hacían los 28 a Estados Unidos era igual al que América sufría por las medidas comerciales de Pekín.

El filósofo Descartes escribió que, en la lista de las emociones, la que ocupa el primer lugar es la sorpresa. El presidente Trump ha venido jugando con ella, y cada día se esperan nuevos tuits cargados de sorpresas.

Pero las tácticas se queman si se abusa de ellas. Antes se decía, "Cherchez la femme". Ahora todo depende del petróleo y el gas natural.

Batalla por la energía

Trump prometió que dominaría el mercado mundial de hidrocarburos, impulsó la explotación de fracking y construyó plantas de licuefacción de gas para dominar el mercado que antes Rusia y Qatar tenían bajo control. Por eso no pudo soportar que Merkel le arrebatara el control del Báltico y de Europa Central, y duplicara con otro gasoducto, denominado Nord Stream 2, la capacidad del que ya funciona, el Nord 1. Por si fuera poco, y a pesar de las represalias que Estados Unidos obligó a que Occidente impusiera a Rusia por la crisis de Crimea, cinco compañías occidentales han financiado este proyecto (Engie, OMV, Shell, Unider y Wintershall).

En la Cumbre de la OTAN exigió a todos los miembros de la alianza atlántica que aumenten sus gastos militares. España debería llegar al 2% del PIB. ¿Contra quién? Contra el nuevo poder que domina como Trump los hidrocarburos. Porque Estados Unidos produce ya más petróleo crudo que Arabia Saudita y puede abastecer las necesidades de gas licuado de la cuenca del Pacífico, de Europa y del resto del mundo. En un día hemos pasado del comercio multilateral a las batallas inesperadas, sin reglas ni árbitros.