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Envolver para regalo

ABC | | 2 minuts de lectura

La visita ayer de Theresa May a Bruselas forma parte de la negociación intra-británica del Brexit y no es una reapertura de conversaciones con la UE. No hay consenso europeo para modificar el tratado de retirada, por mucho que haya sido masacrado en los Comunes. En su visita a las instituciones comunitarias, en el fondo lo que May ha pedido es que al menos se lo envuelvan con papel de regalo para volver a presentarlo a su cámara. Es decir, le basta con que la declaración política anexa al tratado hable de algo parecido al «deseo de llegar cuanto antes a una relación económica y comercial permanente» entre el Reino Unido y la UE y parezca que la salvaguarda norirlandesa nunca será utilizada. Calcula que a finales de febrero la amenaza de una inminente salida sin acuerdo servirá para que suficientes diputados de los dos grandes partidos cambien de opinión y aprueben el pacto.

Por su parte, Jeremy Corbyn sigue sin perder una oportunidad de perder una oportunidad. Unas horas antes del viaje de May, publicaba cinco requisitos en los que, con dos años y medio de retraso, fijaba posición para apoyar un acuerdo de salida de la UE. El único punto concreto choca de frente con el derecho de la UE, la permanencia de su país en una unión aduanera con la UE unido al derecho a decidir sobre los acuerdos con terceros
países. Las demás estipulaciones son ambiguas, pero todas apuntan a que el Reino Unido seguiría estándares europeos en cuya elaboración ya no participaría. El laborista divide así a su partido, emulando la guerra civil entre los conservadores. A estas alturas, está claro que Theresa May le debe el puesto. Los tics anti-europeistas de Corbyn vienen de lejos, basados en eslóganes izquierdistas de hace cuarenta años: Bruselas es una conspiración del capitalismo liberal y no hay nada más que pensar. 

Si la arriesgada operación de la primera ministra no triunfa, la política británica necesitará nuevos líderes que pacten una solución al Brexit. Lo harán bajo prórroga y sin descartar la posibilidad de permanecer en la UE.